Por qué huele mal el aire acondicionado del coche

Uno de los problemas más frecuentes con los aires acondicionados del coche, más allá de averías, es que el sistema de refrigeración tenga mal olor. Te contamos los motivos y cómo solucionarlo.

El aire acondicionado es uno de los mejores aliados de los conductores cuando hay que subirse al coche y las temperaturas son altas, de igual forma que la calefacción también es uno de los elementos indispensables para la conducción durante el invierno. Ambos sistemas precisan un mantenimiento adecuado para un correcto funcionamiento y evitar no sólo que el aire acondicionado del coche no enfríe correctamente, sino también que no desprenda malos olores.

Se trata de algo habitual que el aire acondicionado del coche no tenga un buen olor cuando el vehículo es antiguo y el sistema no se acciona durante varios meses. Un olor que proviene de manera directa de los conductos de ventilación y que es bastante desagradable. Por eso os vamos a contar por qué huele mal el aire acondicionado del coche, cómo eliminar ese mal olor y cómo evitar que vuelva a aparecer.

Causas del mal olor del aire acondicionado del coche

Por el funcionamiento del aire acondicionado, hay dos grandes motivos para que el sistema tenga un mal olor. El primero tiene que ver con el funcionamiento del evaporador que se encarga de absorber el aire del vehículo y con la condensación del aire caliente, ya que esto provoca un aumento de la humedad en varios puntos del sistema. El segundo se relaciona directamente con el filtro de partículas del aire acondicionado.

Moho en en el aire acondicionado del vehículo

Como hemos dicho, la condensación del aire caliente y la posterior emisión del aire frío puede provocar focos de humedad en algunos puntos del aire acondicionado del coche. De hecho, se trata de algo relativamente frecuente que el sistema no funcione de manera óptima y esta humedad termine por acumularse en el interior del condensador o del evaporador, sin que se pueda eliminar. Un perfecto caldo de cultivo para la aparición de bacterias, mohos y otros microrganismos, sobre todo si el aire acondicionado está tiempo sin usarse.

La aparición del moho es uno de los causantes habituales del mal olor del aire acondicionado del coche, aunque no es el único problema derivado de su presencia. Además del desagradable olor, la aparición de moho en el aire acondicionado se vincula a otros síntomas que afectan directamente a las personas que están en el vehículo. Así, un aire acondicionado del vehículo con moho suele ser sinónimo de reacciones alérgicas, tos, estornudos y picor en los ojos tanto en el conductor como en los pasajeros.

Exceso de suciedad en el filtro del aire acondicionado

Uno de los motivos que puede provocar la aparición de moho en el aire acondicionado del coche es un exceso de suciedad en el filtro, si bien es una cuestión totalmente independiente que se puede dar sin que llegue a aparecer moho en el sistema. El filtro del aire acondicionado se encarga de atrapar partículas nocivas, impurezas y malos olores para que el aire que llega al habitáculo del vehículo sea lo más limpio posible. Sin embargo, si hay un exceso de suciedad no siempre es así y eso deriva en que el aire que entra en la cabina tenga un olor desagradable.

En lugar de purificar el aire que entra en el vehículo y extraer la humedad, el filtro del aire puede ser el causante del mal olor por el exceso de partículas y suciedad que se acumula en el mismo. Un mal olor que al final se impregna en los propios conductos de ventilación, haciendo que al final todo el sistema se quede con este mal olor y que este sea apreciable de manera ostensible en cuanto activamos los mandos de control del aire acondicionado.

Cómo eliminar el olor del aire acondicionado del coche

Eliminar el mal olor del aire acondicionado pasa por limpiar el sistema para acabar con la presencia de las bacterias, microorganismos y moho que generan este mal olor, así como por limpiar el filtro del aire. Ambas cuestiones no son difíciles de llevar a cabo, si bien hay que seguir una serie de pasos para solucionar el problema y que el aire acondicionado tenga un olor agradable. Para lograrlo se recomienda comprar un spray desinfectante -puede tener un ligero aroma-, un cepillo específico para limpiar los conductos del aire acondicionado del coche y limpiar el filtro del aire con algo tan sencillo como agua y jabón.

En primer lugar, se debe aplicar el spray en los conductos del aire acondicionado para acabar con cualquier contaminación. Es importante leer las instrucciones de uso del producto antes de aplicar el spray en los conductos del aire acondicionado. Posteriormente se encenderá el sistema y se dejará en marcha durante un buen rato para que el propio flujo del aire permita que los componentes del spray lleguen a todos los rincones del sistema, consiguiendo así la desinfección del mismo.

También se puede limpiar los conductos de forma manual con un cepillo específico, si bien es una operación un poco más compleja. Con todo, si se llevan a cabo ambos pasos el sistema del aire acondicionado quedará completamente limpio. Al margen de esto, es importante limpiar el filtro del aire acondicionado -o sustituirlo- para evitar que se reproduzca el mal olor. En este sentido, retirar el filtro del aire es más complejo que su propia limpieza, ya que sólo hay que utilizar agua y jabón para acabar con la suciedad. Hay que dejar secar correctamente antes de instalar de nuevo en el coche.

Cómo evitar que el aire acondicionado del coche huela

Una vez que hemos conseguido que el mal olor se marche del aire acondicionado de nuestro coche, hay una serie de prácticas para evitar que vuelva a aparecer. Como recomendación, conviene no usar el aire acondicionado a su máxima potencia, al menos durante periodos prolongados de tiempo, ya que se incrementa la condensación y, como ya hemos explicado, la aparición de humedades y moho.

Tampoco es recomendable encender el aire acondicionado de manera inmediata cuando nos subimos al coche, sobre todo en días de mucho calor y en los que las temperaturas son muy altas. Para no forzar el sistema y evitar que se alimente de un aire ‘viciado’ y excesivamente caliente, los expertos recomiendan primero bajar las ventanillas de tal forma que el aire del vehículo se renueve. Ya entonces sí, activar el aire acondicionado.

Por último, es conveniente no dejar que trascurra mucho tiempo sin usar tanto la calefacción como el aire acondicionado del coche. Tanto si no se utiliza el vehículo de forma habitual como si no se activan estos sistemas, conviene que al menos una vez al más se enciendan durante unos cinco minutos, sobre todo en el caso del aire acondicionado. Además de evitar malos olores, se mantendrá el compresor activo y el líquido refrigerante circulará, evitando así que se puedan dar obstrucciones del sistema.

Claves del buen mantenimiento del aire acondicionado

Cuidar el aire acondicionado del coche es fundamental para conseguir un funcionamiento correcto. Encender el aire acondicionado al menos una vez al mes, realizar una inspección de los distintos elementos del sistema un par de veces al año y hacer un uso responsable del aire acondicionado son claves para alargar la vida útil de sus componentes y, lo más importante, para que el aire acondicionado funcione y nos aporte el aire frío que demandamos.

Para lograr esto no hay que descuidar el mantenimiento, ya que así evitaremos también los malos olores. Al final, los filtros del aire acondicionado van acumulando suciedad, bacterias y ácaros de polvo y, aunque lavemos este elemento, hay un punto en el que conviene sustituir la pieza. Se recomienda en este sentido sustituir el filtro del aire cada 10.000-20.000 kilómetros, según las indicaciones del fabricante del vehículo. Además, también conviene cambiar el filtro antipolen cada 20.000 kilómetros.

El precio por cambiar un filtro del aire acondicionado en un taller oscila entre los 20 y 80 euros, según tipo de filtro, vehículo y precio de la mano de obra. Por su parte, la sustitución del filtro del polen oscila entre los 35 y 65 euros. Además, siempre se puede recurrir a establecimientos o portales web especializados en recambios y comprar estas piezas por un menor coste y llevar a cabo la sustitución nosotros mismos. No se trata de una operación compleja, aunque como sucede siempre en estos casos, hay que tener unos conocimientos mínimos de mecánica.

Texto tomado de: https://www.mundodeportivo.com

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